Intervención Telepsicológica
Intervención Telepsicológica 💻
El pasado mes de enero el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid publicó la Guía para la Intervención Telepsicológica. Se trata de un documento muy útil para los profesionales que desarrollan parte de su labor en formato online, pues contiene un conjunto de indicaciones que facilitan la toma de decisiones del psicólogo en la práctica clínica cuando se llevan a cabo intervenciones mediadas por tecnologías (videoconferencia, email, programas estructurados en la web, realidad virtual…). Es, además, muy útil para esta situación que estamos viviendo con el brote de Coronavirus, puesto que permite seguir proporcionando apoyo psicológico para quien lo necesite, desde casa.
Las investigaciones muestran que las intervenciones psicológicas online son eficaces, principalmente desde un enfoque cognitivo-conductual. Se ha encontrado apoyo empírico sobre todo cuando se usa en el tratamiento de problemas de ansiedad, depresión, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno por estrés postraumático, insomnio, problemas de control de peso, adicciones y dolor entre otros, aunque es necesario continuar investigando. Se ha sugerido que esta modalidad de intervención podría ser particularmente beneficiosa para niños y adolescentes, que están más habituados a este formato de comunicación.
La intervención telepsicológica se suele utilizar como terapia psicológica en sí misma (íntegramente o combinada con sesiones presenciales), como complemento al tratamiento presencial para permitir seguimientos más completos y prolongados de una terapia presencial, para prestar apoyo en momentos de crisis o para realizar evaluaciones mediante tests o programas estandarizados, entre otros. Algunas investigaciones sugieren que estas intervenciones pueden contribuir a reducir el estigma y suponer una mayor apertura y satisfacción para el cliente, aunque todavía muchas personas manifiesten desconfianza ante estas tecnologías.
Existe evidencia suficiente que indica que es posible construir una alianza terapéutica fuerte e incluso similar a la que se establece en una terapia presencial, aunque esto todavía pueda suponer un desafío para muchos de los psicólogos que trabajan en este formato. No obstante, es importante ser conscientes de algunas de las limitaciones de la telepsicología. Por ejemplo, si utilizamos medios escritos como el email perdemos la valiosa información que nos proporciona la información no verbal (por eso es preferible otros medios como las videoconferencias). Sin embargo, cuando utilizamos la videoconferencia perdemos información auditiva, visual u olfativa y podemos tener dificultades técnicas, como una mala conexión a Internet, que provoquen interrupciones en la conexión.
Asimismo, para que la intervención tenga eficacia es fundamental garantizar que se cumplen una serie de requisitos. En concreto:
- Espacio terapéutico: debe garantizarse que la comunicación se produce en un espacio privado, que el terapeuta se conecta desde un espacio profesional, con una iluminación adecuada y que la cámara se sitúe a una altura y en un ángulo adecuado y el encuadre muestre la postura y el espacio de trabajo.
- Condiciones tecnológicas: será necesaria una conexión a Internet rápida y estable, preferiblemente por cable. También conviene disponer de un teléfono por si se interrumpe la comunicación y no tener otras aplicaciones abiertas que interfieren. Pueden producirse brechas en la confidencialidad, por lo que es esencial tomar las medidas de seguridad adecuadas.
Recomendaciones prácticas:
- Evaluar que el cliente se maneja bien con las tecnologías o contar con algún colaborador presencial que pueda ayudarle con esto.
- Apoyarse en recursos multimedia para pedir feedback y adaptar los recursos y el lenguaje a este medio.
- Ser cuidadoso y habilidoso con la expresión del mensaje, especialmente si es escrito, pues las palabras pueden tener mayor peso.
- Ser más explícitos, especialmente respecto de las emociones y reacciones de los interlocutores.
- Contactar con el cliente por correo electrónico antes de la primera sesión para solicitar datos personales, resolver dudas y promover la familiaridad.
- Dar máxima seguridad y sensación de control al cliente (confidencialidad, requisitos técnicos, dificultades que puede tener).
- Enfatizar la comunicación no verbal.
- Emplear habilidades de escucha activa con más frecuencia.
- Ofrecer más vías de comunicación (email, mensajería instantánea…).
- Pedir feedback de si se ha entendido el mensaje.
- Plantear las preguntas de forma secuencial y esperar a que se respondan por completo.
- Resolver las dificultades en la comunicación con empatía (p. ej., interrupciones).
- Tratar con el cliente si se siente cómodo o no usando este medio.
- Usar recursos que ayuden a expresar emociones como emoticonos u otros aspectos no verbales.
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